jueves, 1 de marzo de 2012

Mi primer día de Marzo

Ayer salí a correr por la tarde, pero hoy el día pinta que tendré poco tiempo libre: el "Venid y lo Veréis", algunos ejercicios de Latín y la edición del Video que se proyectará me llevará algo de tiempo. Por eso, ya planeé anoche que hoy saldría justo después del desayuno a correr. Lo haré solo. Hasta los Baños del Carmen. Hoy los quiero sobrepasar un kilómetro más o menos. Gorra. Gafas de Sol. Allá voy.

Empiezo a correr. Hace muy buen día. Parece primavera, y eso se agradece bastante. Es perfecto para aguantar un buen rato. Y observo la grandeza de la Creación de Dios. Es impresionante. Todo por donde cruzo es una auténtica obra de arte. Y, sí, algunas partes tienen sus desperfectos. Sus baches, sus pintadas, sus muros desconchados. Pero en su conjunto todo es precioso. Como la propia vida personal.

Ya entro en el Paseo Marítimo. La semana pasada fue medianamente agitada. Diferentes factores, especialmente que operaban a mi madre de cataratas el viernes. Pasé toda la tarde con mi padre y mi hermana haciéndoles compañía a la espera de que saliera del quirófano. Todo salió bien. Pero lo que fue para mi más duro fue la noticia que me dio mi madre mientras esperábamos a que la llamarán para entrar en la operación. Un tío mío -el más chico de todos- estaba muy grave. Era probable que no saliera de ésta. Se le podía visitar en el Hospital. Yo lo haría el domingo en mi tiempo libre.

Ya doy media vuelta. He sobrepasado los Baños del Carmen, como yo quería. No estoy nada cansado y puedo seguir corriendo. El fin de semana pasado fue bastante intenso. Preparando los sobres de la campaña vocacional de este año. Todo el sábado. Y el domingo por la mañana. El domingo temprano llamé a mi madre para avisarles de que comería con ellos y que visitaría a mi tío después de comer. MI madre me dio la noticia: mi tío acababa de morir. Me costaba -y me cuesta- creerlo. Era muy joven. Cincuenta y cuatro años. Sin duda, iría al velatorio por la tarde. Saltaban a mi memoria muy buenos recuerdos de mi tío: aquellas nochebuenas y nocheviejas, cuando vivían en frente de mi padres y aquellos fines de semana que pasaba en casa de mi abuela, cuando el vivía con ella. Sí, los últimos años me desvinculé bastante. Y me arrepentía de ello. La última vez que lo vi fue hace un año, cuando lo ingresaron para hacerle unas pruebas.

Ya he salido del Paseo Marítimo y comienzo a subir al Seminario. SIn duda, él -mi tío- ya está descansando. Y pensar en eso me tranquiliza aunque sea un poco. Muchas veces no comprendemos porque pasan las cosas. O por qué a nosotros. Este tipo de cosas son esos baches del camino, esas cosas que parece que hacen desperfectos, pero que -en una visión global- forman parte del Plan Divino. Y eso lo hace hermoso. En su conjunto.

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