viernes, 3 de agosto de 2012

Mi "Lightning Bolt"

Creo que conocéis a Usain Bolt. Ya hablé de él a principio de curso. Es un atleta jamaicano que ha batido records de velocidad impresionantes. Y era de imaginar que en los Juegos Olímpicos de Londrés volvería a ganar otras tantas competiciones. El corredor volvió a batir su propio récord, esta vez en 9,48 segundos. 
Confieso que lo admiro bastante. Y seguro que un gran número de atletas o aficionados se marcan con meta parecerse a él. Pero éste no es mi caso. Soy realista. Sé que tengo muchas expectativas, y que algún día pueda que alcance algunas de ellas, pero -por el momento- sigo trabajando las metas que mi entrenador y amigo Nico me propone. Y es que, para mí, Nico es como "mi Lightning Bolt", a quien me gustaría imitar. Nico es un deportista admirable. Y no tanto por su nivel de resistencia o su velocidad, sino por su pasión por lo que hace. El domingo va a hacer la subida al Veleta. Cincuenta kilómetros. Lo acabo de llamar y está verdaderamente ilusionado.
La semana pasada tuve la suerte de correr con él 20 kilómetros. Su esposa, Patri,  nos acompañó durante los 7 u 8 primeros. Yo no corría semejante distancia desde antes del Maratón del pasado año. Y tampoco había disfrutado tanto como en la Maratón cuando corría junto a Patri. Por eso, esos 20 kilómetros me sirvieron para recordar lo bien que lo paso corriendo. Marcándome metas, siendo persistente, y -sobre todo- no dejarse abatir por las contrariedades.
Y esto también lo encajo en el campo de mi vocación. Ya en el 31 de Julio terminé la pastoral que me habían encomendado. Justo en ese momento terminó mi primer año como seminarista. Pero no con ello estas vacaciones son "vacaciones" para la vocación. Continuar trabajando, aunque a otro nivel, por lo que se está luchando es crucial para captar el verdadero sentido de lo que hacemos. Y seguir trabajando la liturgia de las horas, la oración, el acompañamiento espiritual, y -por qué no- la pastoral. Sigo yendo a las Hermanitas de las Pobres. Así no dejo de recordar de por qué lo estoy haciendo. Por el amor a Dios, por el amor a los demás.
Y yo sigo con ganas de seguir poniendo a prueba mis límites, lo que soy capaz de hacer. Como dijo Dean Karnazes: "¿Qué es lo siguiente?".

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